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martes, 30 de noviembre de 2010

lunes, 29 de noviembre de 2010

HOMBRES

HISTORIA: Lorenzo, mi hermano

Al regresar a casa después de pagar servicio militar, me reencontré con mi familia, la cual había visitado fugazmente durante los últimos 2 años. La sorpresa mayor fue mi hermano, a quién habiéndolo dejado como un adolescente de 16 años, se había convertido en todo un hombre de 18, con su tez morena y su 1.82mts. de estatura. Tenía un cuerpo de atleta y por supuesto, las mujeres le llovían como moscas. Realmente me impactó porque yo me había quedado rezagado con 1.76 de estatura y 70kgs. aunque con un cuerpo que mostraba los resultados de mi paso por él ejercito. Además, mi hermano Lorenzo no parecía ni prójimo mío, ya que si él es moreno y peludo, yo por el contrario soy blanco y lampiño.
Como antes de mi partida, él y yo compartimos la misma habitación, lo que se estaba convirtiendo para mí en una tortura al verlo pavonear su cuerpo enfrente de mí, además, no podía olvidar que era mi hermano. Pero una noche que salí de ducharme y entré al cuarto de improviso, él estaba viendo una película porno y masturbándose. Me quedé mudo cuando vi el tamaño de su verga, unos 18cms, y él debió notar mi cara de sorpresa porque reaccionó y me dijo: "pasa y cierra la puerta, pendejo". Así lo hice y me preguntó si me molestaba lo que hacía, por supuesto que le dije que no y me acosté a ver la película.
Se dio cuenta que realmente no veía sino lo que él tenia entre las manos. Me dijo agresivamente que si tanto me gustaba su verga que yo mismo le hiciera la paja. Aunque me lo dijo para herirme, yo le tomé la palabra, me acerqué, se la agarré y empecé a masturbarlo. Se sorprendió porque no esperaba esto de mí, trató de apartarme, pero la sensación de mi mano sirviéndolo, pudo más. Empezó a gemir lo que me animó a meterme su pija en la boca, ya estaba listo, no se resistió, más bien me atrajo con fuerza hacia él y empezó a cogerme la boca fuerza. Sentía que me ahogaba, ya que me presionaba con sus manos la cabeza contra su abundante pelo púbico. Como pude me separé y le pregunte si alguna vez había penetrado a un hombre, su respuesta fue negativa pero lo encendió más. Busqué lubricante y un condón, se lo puse, me acosté sobre la cama y le dije a Lorenzo que lo hiciera sobre mí. Una vez que estuvo en posición me empujó su pija de un envión lo que provocó que gritara por el dolor intenso que me produjo. Lorenzo me introdujo sus interiores en mi boca, me ordenó que hiciera silencio y que lo aguantara porque no me lo iba a sacar hasta que acabara.
Empezó a moverse sobre mí y a cada intento mío de masturbarme me lo impedía. Parecía que solo él tenía derecho a tener placer. Me sujetó las manos fuertemente con las suyas inmovilizándome y así estuvo respirando sobre mi espalda y jadeando hasta que se vino. Sentí su potencia en mí y eso bastó para que sin darme cuenta acabara sólo con el roce de la cama.
Lorenzo se percató enseguida que había ensuciado su cama y se puso violento, me dijo": Maricon, limpia esa vaina con la boca y que no quede nada, hazlo ya". Acostumbrado como estaba a recibir ordenes en él ejercito, lo hice hasta con un poco de placer. Luego, me trató secamente y me mandó a mi cama y que no hiciera ruido porque quería dormir.
Me fui y me acosté muy preocupado pensando cual sería su reacción después. Algo me decía que no saldría nada bueno de esto.
Dos días después de nuestro encuentro, estaba solo en la casa, hablando por teléfono, cuando Lorenzo llegó y dio un portazo, le pregunté qué le pasaba y me dijo que no le había ido bien en la universidad y que Samantha, su novia del momento, había salido de improviso a hacer un viaje. Acto seguido me gritó: "Cuelga esa mierda y vete para el cuarto, maricon, tengo ganas de cogerte ". Realmente me a sustó e hice todo lo que me dijo, lo esperé mientras lo oía discutir por teléfono. Una vez en el cuarto, se bajó los pantalones, se lubricó la verga me quitó los shorts y me dijo que me volteara. Le pedí que no, "así no, por favor, no estoy preparado y soy tu hermano, Lorenzo". Poco le importó, ya que me agarró por la nuca y me arrojó sobre mi cama, me puso en posición fetal y comenzó a introducírmela con menos violencia que la primera vez, pero con más brusquedad, me cogía con desdén, ni siquiera me tocaba o acariciaba, me sentía casi como una cosa que era utilizada para el sexo. De repente hizo un movimiento brusco y su verga se salió de mi culo, estaba un poco sucio, esto lo llenó de ira y la emprendió con una correa a pegarme y llevarme hacia el baño. Me dijo que no volviera a ensuciarlo porque eso no era nada comparado con la golpiza que me daría. Traté de explicarle que yo le había dicho que no estaba listo, pero más me golpeaba, no oía razones. Entré al baño llorando para prepararme bien esta vez.
Antes de salir me vi en el espejo y noté todos los golpes que tenía en mi cuerpo, temblando volví a la habitación y me acosté sumisamente. Me ordenó ponerme de cuclillas y volvió a montarme y esta vez sentía como estaba de excitado y supuse que era por lo caliente que había quedado, pero no, me dijo que le excitaba ver mi cuerpo marcado.
Su verga me llegaba hasta el fondo en ese momento comenzó a darme con la correa de nuevo mientras que con la otra mano me sujetaba por el pelo. El miedo que comenzaba a tenerle era incontrolable, solo esperaba oír su deseo para complacerlo, y así lo hizo. Me ordenó no moverme hasta que él acabara, me empujó hacia delante quedando yo completamente acostado solo con mi culo elevado para facilitarle su cogida. Acelerando su ritmo acabó después de 15 minutos de dolor y sufrimiento de mi parte lo que no parecía importarle. Se paró y me dijo que a la noche quería verme en el cuarto a las 9:00pm y ya sabía para que.
Se metió en el baño a ducharse, mientras yo quedaba sobre la cama confundido y temeroso de lo que mi hermano era ahora, un guapetón de barrio cualquiera que abusaba de mí y lo peor era que yo lo permitía y estaba comenzando a disfrutarlo.
A las 9 lo esperé en el cuarto, llegó, cerró la puerta y se sentó en su cama, me miró fijamente y me dijo: "De ahora en adelante estarás a mi disposición siempre que lo desee, eso implica que tu culo debe estar siempre limpio para mí. Te encargarás de hacerme mis cosas en la casa y mantener lo mío en orden, no quiero que me ensucies con tu leche de maricon mientras te cojo, así que si acabas te golpeo. Estás solo para complacerme y darme gusto y si alguien se entera, te largas "
Enseguida le respondí que no le entendía, que eramos hermanos e inclusive él con más estudios que yo, que porque actuaba con tanta violencia conmigo. No me contestó, se sacó la verga y tuve que mamársela hasta que me acabó en la boca, prendió la TV y se puso a verla.
Pasaron 4 semanas desde que Lorenzo me trata como su objeto personal y aunque parezca mentira me acostumbré a esto, es más, me gusta sentir su cuerpo contra el mío aunque no me está permitido satisfacerme en su presencia. Mi vida se limita a mi trabajo como chofer en el día y sirviente de mi hermano todo el resto de mi tiempo. En las noches casi siempre me llama para estar conmigo y por lo general me coge y me manda a mi cama, no debo molestarlo para nada ni hablarle hasta que él me lo permita. Nuestra relación de hermanos es solamente para el resto de la familia, sin embargo, una sola mirada suya basta para que tiemble y trate de complacerlo de cualquier forma posible.
El dia anterior mi familia salió de vacaciones por un mes a la isla de Margarita y Lorenzo y yo debimos quedarnos debido a nuestros trabajos. En la noche vinieron 2 amigos de Lorenzo a tomarse unos tragos y conversar con él, me ordenó atenderlos mientras ellos hablaban. Yo traté de hacerlo de la manera más natural para que no se dieran cuenta de tipo de relación que llevamos, pero Lorenzo me lo hacía muy difícil ya que como nunca, me trataba mal frente a sus amigos y hacia sentir su dominio para conmigo.
De repente noté que se reían y me llamaron. José Manuel, (que era un negro, medía 1.85, con unos 90kgs de peso, y jugador de volleyball), y Joaquím (un brasilero aindiado, de 1.80 y 75 Kg), me preguntaron si era cierto que yo era maricon. Su pregunta me sorprendió y no supe qué decir. Lorenzo me miró con furia y me dijo: "Contéstales, que te están preguntando", con temor les dije que así lo creía mi hermano. Se rieron y le dijeron a Lorenzo que conmigo tenía una mina de oro ya que podía alquilarme a los panas, mi hermano sólo sonrío, me miró y me ordenó desnudarme no sólo para mostrarles mi cuerpo sino su poder sobre mí.
La humillación ya era total, algo dentro de mí me impedía rebelarme, sentía que al hacerlo me exponía a ser golpeado o al rechazo de mi hermano. Me empujó con su pie y fue cuando José Manuel se levantó, me tomó de la mano y me llevó al cuarto. Lorenzo solo asintió con la cabeza mientras yo miraba buscando alguna orden.
Apenas entramos a la habitación, se desnudó y comenzó a tocarme, cerré los ojos y me deje llevar, José Manuel me besaba y masturbaba, realmente me hacía el amor, aunque con fuerza. Estando sentado sobre su miembro seguía masturbándome e inclusive preguntándome si me dolía o si lo disfrutaba. Cambiamos de posición unas 3 veces, realmente era la primera vez en todo este tiempo que era tomado en cuenta en la cama, no sólo como un objeto.
A pesar de que no me gustaba José Manuel debido a su aspecto en general, me esforcé en satisfacerlo ya que me imaginaba que con eso complacía a mi hermano, es más, pese a que me trataba amablemente, no sentía el placer que me producía la piel y el trato de Lorenzo. Mientras me cogía, solo me excitaba pensar que era mi hermano, allí me di cuenta que Lorenzo era mi dueño y que era a él a quien amaba y que no importaban maltratos ni ser utilizado por él o por quién fuera, siempre y cuando me permitiera seguir con él.
Al terminar de cogerme José Manuel, éste salió del cuarto y entró Joaquím, a quién le di lo mejor de mí ya habiendo entendido mi puesto, me moría por saber que mi hermano estaba contento con mi comportamiento, lo que me mantenía excitado. Joaquín solo se limitaba a cogerme, como un animal me clavaba su verga en mi culo nada de besos ni caricias, lo que le agradecí. Más de una oportunidad lloré en silencio no solo por el dolor que ya empezaba a tener por él numero de cogidas en una noche sino también por la situación impotente en que estaba. Pero todo lo olvidaba al pensar que mi Amo estaba esperándome afuera. Estuve con él hasta el amanecer. Acabó, se levantó y salió. A los lejos escuché cuando se despedían y salían de la casa.
Lorenzo entró a la habitación y todo el cansancio, todo el dolor y la humillación desapareció al verlo, lo busqué enseguida para saber si estaba contento conmigo, lo único que me dijo fue: "Despiértame en 3 horas para desayunar, y mañana tienes nuevos clientes, así que prepárate, y espero que des más de ti.

domingo, 28 de noviembre de 2010

sábado, 27 de noviembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

miércoles, 24 de noviembre de 2010

martes, 23 de noviembre de 2010

HISTORIA: Clases Particulares

Sucedió hace unos años en Sevilla. Yo tenía 23 años y me dedicaba a dar clases particulares para ganarme algunas pelillas, que me ayudaban a pagar un piso que acababa de alquilar. Normalmente acudía al domicilio de mis alumnos.
Me llamo Nacho, mido 1,86 y 17,5 de polla, soy castaño con ojos verdes y en aquella época tenía un cuerpo bastante cuidado y musculazo.
Les hablaré de Manolo uno de mis alumnos. Tenía 16 años y medía 1,70 aproximadamente, morenito, con un culito redondo y un paquete prometedor. Había suspendido ingles y yo acudía tres veces en la semana a su casa. Era agosto y en Sevilla hacía un calor insoportable.
Cada vez que acudía a su casa me abría su madre que amablemente me hacía pasar a la habitación de su único hijo para que impartiera las clases. Siempre me ofrecían un refresco al llegar. La verdad es que Manolo estaba avanzando bastante gracias a mis clases. Yo notaba que el chaval me miraba con cierto descaro cuando entraba en su habitación con mis jeans ajustados y con mis camisetas de verano. Él me recibía normalmente en bermudas y camiseta. Alguna vez durante las conversaciones en ingles, estas habían derivado a hablar de mi musculatura. En varias ocasiones Manolo me había pedido que marcara mis pectorales o los bíceps en Ingles. La verdad es que el muchachito se estudiaba el vocabulario adecuado para llevarme al terreno que quería.
Un día hablamos de sexo y me pregunto por mis experiencias. Yo le conteste con evasivas porque no quería confesarle que era Gay. Me pregunto que si había estado con alguna chica y le conteste que en alguna ocasión. Él muy cotilla siguió insistiendo y me preguntó si lo había hecho con chicos. Le conteste que lo había probado y que no me sentía mal por ello. Yo le requerí por sus experiencias y me dijo que era virgen y que se mataba a pajas. No quise insistir más en la cuestión pues al fin al cabo estaba en la casa de sus padres y el chico era menor.
A finales de Agosto los padres de Manolo decidieron hacer un viaje a Mallorca. Dejaron al chico en Sevilla para que terminara de preparar sus exámenes. Era la primera vez que iba a estar solo en casa, pero toda las mañanas iría una señora a limpiarle la casa y por las tardes yo a darle las clases. Sus padres se habían decidido a dejarlo solo porque también querían que asumiese responsabilidades e independencia.
El primer día que me dirigí a casa de Manolo, ya sin sus padres, hacía un calor sofocante por lo cual estaba completamente empapado. Al llegar a la casa llame a la puerta y me abrió Manolo que tan solo llevaba unos calzoncillos tipo pantalón de ciclista de color blanco, que le marcaban el paquete por completo. Me saludó y se disculpo por la indumentaria pero me dijo que hacía demasiado calor y que el aire acondicionado no funcionaba. Me invitó a pasar y una vez dentro me ofreció un refresco. Se fijó en lo empapado de mi camiseta y me dijo que porque no me la quitaba. Accedí a su petición y pasamos al salón para impartir la clase. Me preguntó si me molestaba que se quedase en calzoncillos a lo cual, evidentemente, le dije que no. Yo ya me estaba poniendo malo de ver al chico, pues al pasar al salón había tenido la oportunidad de observar sus nalgas en movimiento. El niño siguió avanzando en sus amabilidades y me dijo que si quería que me quitase el pantalón para estar mas cómodo. Me lo pensé brevemente porque la tenía algo morcillona pero decidí quitármelos. Mientras desabrochaba mi pantalón, bajo la mirada atenta de Manolo, me di cuenta de que el muchachito estaba actuando con mucha tranquilidad y que debía haber planificado perfectamente esta situación.
Me quede con mi slip Calvin Klein blanco que marcaba un bulto bastante prominente. Manolo comento que vaya ropa interior chula que usaba. Yo le contesté que la suya tampoco estaba mal. Indique al chico que nos sentáramos para comenzar la clase de ingles. Le propuse como tema de conversación que me contase como le había ido su primer día solo. Me contó por la mañana había ido a la piscina y que cuando llego a casa la asistenta le había dejado la comida preparada. Después de comer se había desnudado por completo, aprovechando que estaba solo en casa y había echado una partida con la play. Después de la partida sonó el timbre de la puerta y se puso los calzoncillos para abrir la puerta y entonces había llegado yo.
Yo estaba experimentando una erección considerable de imaginar al chaval desnudito por su casa. Me sentía absolutamente seducido por Manolo y era consciente de que el muchacho estaba manejando la situación y llevándola en todo momento al punto que él quería. Le corregí algunos tiempos verbales que había empleado mal y en ese momento escuchamos un ruido que venía de la calle. Nos levantamos para dirigirnos a la ventana y pude observar que Manolo también tenía una erección considerable. Lo único que sucedía era que unos chicos jugaban a la pelota y metían mucho ruido.
Decidí a tomar la iniciativa y le dije a Manolo que necesitaba una ducha. Al chico se le ilumino la cara y me dijo que el baño de sus padres había una ducha bastante grande y una bañera redonda. Me pidió que le acompañara y me dijo que a él también le apetecía una ducha. Al llegar al baño pude ver que el chico no mentía y que tanto la ducha como la bañera eran bastante grandes. Le dije a Manolo que si quería nos duchábamos los dos a la vez. Me contestó que sí. Yo sin mas me quite el slip y me hice el distraído. A través del espejo observe que Manolo miraba fijamente mi polla morcillona. Abrí la ducha y me metí en ella. Manolo me siguió al instante, no sin antes quitarse sus calzoncillos.
Abrimos el agua y nos remojamos. Le dije a Manolo que si quería que le enjabonase la espalda y me contesto afirmativamente. Comencé a frotar con suavidad la espalda del muchacho, dándole un suave masaje. Podía ver la raya blanca de su bañador marcando el inicio de su culito redondeado. Yo ya tenía una erección completa, que Manolo no podía percibir por su postura. Continué frotando su espalda y me agache para enjabonar el culo del muchacho. El chico se dejo hacer sin decir nada. Me entretuve un rato con las nalgas y las piernas del muchacho e incluso me atreví a enjabonar el ojete de Manolo.
Su culo estaba completamente limpio de bellos y gracias a mi postura podía observar las gordas pelotas del mi compañero de ducha. Continué agachado y le dije a Manolo que se girase. Lo note algo tenso y al darse la vuelta comprobé el motivo de tal estado. Manolo tenía una erección de campeonato.
El chico gastaba una polla de al menos 19 centímetros y bastante gorda. No pude reprimir una expresión de admiración y le dije que vaya nabo que tenías. El chico se echo a reír. Yo ya no me pude contener y sin más preámbulos me introduje la polla de Manolo en mi boca. El chico suspiro y agarro mi cabeza acariciándola. Comenzó un leve movimiento de caderas metiendo y sacando su polla de mi boca. El chico se estremecía y dijo que era la primera vez que se lo hacían y que no parase. Yo no soltaba la polla de Manolo, le acariciaba los huevos y lamía su nabo desde la punta a la base. No podía metérmela entera de lo grande que era. Poco a poco el chico empezó a lubricar y note como los huevos se le ponían duros. Empezó a gemir y a acelerar su respiración. Me dijo me que se corría, pero yo decidí continuar la mamada. No tardo en eyacular abundantemente. Su leche salía de mi boca y yo seguía mamando y tragando. Note que al chico le temblaban las piernas y lo agarré por el culo. Cuando le hube vaciado la polla por completo y después de dejarla bien limpia me levanté. Lo mire a la cara. Estaba rojo de satisfacción y sus ojos brillaban. Manolo retomó la iniciativa y me estampo un beso, recorriendo con su lengua toda mi boca.
Nos abrazamos y nos echamos a reír. Me dijo que llevaba mucho tiempo deseando que esto ocurriera. Yo le conteste que ya me había dado cuenta pero que me sorprendía la seguridad con la que había actuado. Me dijo que él sabía que yo era gay porque me había visto salir de un bar de ambiente que hay cerca de su barrio. Le dije que vaya cabrón estaba hecho. Nos reímos.
Lo mire fijamente y le dije que era su turno. Lo entendió a la primera y se agachó para comerse mi polla. Se la tragaba con glotonería y le dije que fuese más despacio y que nadie le iba a quitar mi polla. Se echo a reír y me pidió disculpas. Empezó a mamar lentamente y poco a poco fue cogiendo maestría. Se la metía hasta el fondo y no paraba de sobar mis pelotas. Yo le agarre la cabeza y comencé a moverme follándolo por la boca. Le dije que me iba a correr, pero Manolo no parecía dispuesto a soltar mi nabo. Exploté en su boca y se atragantó un poco. Cuando se repuso, se trago todo mi semen hasta la última gota. Me miraba y sus ojos sonreían mientras lo hacía. El chico estaba feliz y se lo estaba pasando en grande.
Lo alce y lo abrace. Nos llevamos un buen rato besándonos, hasta que decidimos enjuagarnos. Empezamos a llenar la bañera y nos metimos dentro. Estuvimos retozando en el agua y abrazándonos. Nos besábamos como locos y nos metíamos mano por todas partes. Comencé a explorar su ojete. Manolo me preguntó si lo iba a follar. Le dije que no tenía escapatoria. Sonrío y me pidió que lo hiciese con cuidado. Le dije que se saliera un poco de la bañera y que me dejase su culo a la altura de mi cara. Así lo hizo. Abrí sus nalgas y observé detenidamente su entrada virgen y sin bellos.
Comencé a comerme su culo y el chico empezó a gemir y a gozar. Estuve un buen rato lamiendo y jugando con mi lengua en su agujero. Poco a poco le fui introduciendo un dedo bastante ensalivado. Comencé a explorar su cavidad y el chico parecía que se iba a volver loco del gusto que le estaba dando. Lo estuve dilatando un buen rato y al poco tiempo ya le entraban dos dedos. Cogí un poco de aceite de masajes que había en el baño y se lo eché abundantemente en su ano. El chico no paraba de estremecerse y de gemir. Me decía que no lo dejase. Mi rabo estaba como un palo cuando lo embadurne con aceite. Le dije al chico que se metiese de nuevo en la bañera y que colocase las piernas sobre mis hombros. Su culo quedó bajo el agua y comencé un último masaje de dilatación. Lleve mi polla a su entrada y cruzamos nuestras miradas. El chico se limito a asentir con la cabeza.
Poco a poco le introduje mi polla en su ano. Al principio se quejó un poco pero me dijo que parase. Continué mi penetración hasta el fondo. Suavemente comencé a mover mi polla en el culo del muchacho. Notaba como su ano se iba relajando cada vez más y empecé a bombear más rápido. La cara de Manolo reflejaba el gustazo que le estaba dando y su polla comenzó a ponerse dura de nuevo. Nos morreábamos como locos y poco a poco mi polla comenzó a salir y entrar con total facilidad. Cuando le dije que me iba a correr fuera, me pidió que no lo hiciera. Mi semen de derramó en las entrañas del chico y Manolo se corrió poco después de que yo lo hiciese. Nos quedamos exhaustos con mi polla dentro del chico, besándonos un buen rato.
Poco después enjaboné de nuevo a Manolo y nos lavamos. Nos secamos y después de recoger un poco el baño nos fuimos a la cama de Manolo. Le puse un poco de crema en su culo y nos abrazamos. Le pregunte si de verdad esta había sido su primera vez. Me dijo que si, que tan solo se había hecho alguna paja con algún amigo pero sin llegar a más historias.
Estuvimos un rato abrazados en su cama rozando nuestras pollas y mezclando nuestra saliva. La polla de Manolo se puso dura de nuevo y note como su mano exploraba mi ano. Le dije que si todavía le quedaban ganas y se limitó a ordenarme que le mostrase mi culo. El chico empezó a lamer mi agujero y poco a poco me fue dilatando. Le dije que fuera despacio. Yo no era virgen pero nunca me habían metido un nabo como el de este muchacho.
Me lubrico y note su polla a la entrada de mi agujero. Le costó trabajo, pero acabó dando con el camino. Cuando me tuvo ensartado por completo le dije que se moviera suavemente. Al poco rato el chico me estaba cabalgando y penetrando a toda velocidad. Yo no sabía de donde sacaba tanta energía. Después de bombear un buen rato el chico se corrió otra vez dentro de mi ano. Después se tumbo en la cama. Yo chorreaba semen por el culo y tenía el rabo completamente duro. Me hice una paja y me corrí en la boca de Manolo. Nos volvimos a besar tragándonos mi semen.
Como imaginarán las clases particulares se convirtieron en interminables sesiones de sexo hasta que volvieron sus papas. A pesar de ello Manolo aprobó el examen de ingles. Sus padres quedaron muy contentos con mi trabajo y me propusieron tutorizar los estudios de Manolo a lo largo de todo el año. Les contesté afirmativamente, pero les dije que las clases las impartiría en mi casa, a lo que ellos accedieron. Manolo estaba loco de alegría.
Mi relación con Manolo continuó varios años. Mi casa fue nuestro nido de sexo y amistad. Cuando Manolo comenzó a conocer otros chicos, yo le dejaba mi piso. A veces le cobraba el impuesto revolucionario y me tiraba a Manolo y al amigo de turno.
Actualmente no vivo en Sevilla pero si cerca. De vez en cuando hablo con Manolo y nos contamos como nos va la vida. Hoy tiene 27 años, es un chico guapo y tiene un novio encantador. Ambos seguimos teniendo un recuerdo maravilloso de aquellas clases particulares.

lunes, 22 de noviembre de 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

sábado, 20 de noviembre de 2010

viernes, 19 de noviembre de 2010

jueves, 18 de noviembre de 2010

MARCANDO PAQUETE: DEPORTISTAS

HISTORIA: El Cuidador de Coches

Esta historia sucedió ya hace unos años. Yo vivía en un viejo edificio de la ciudad de Montevideo, en pleno centro, en un apartamentito realmente acogedor. Todos los días hacía las compras en un supermercado que queda a dos calles de mi edificio, una rutina que seguía con gusto, ya que la aprovechaba para franelear un poco con los pibes de la verdulería (unos pendejos cachondos que me decían cosas del estilo "¿cómo te gusta la banana?, ésta que tengo hoy está bien durita...!" y yo sentía que me estallaba la cabeza.
La cosa fue que un día apareció un guacho bastante sucio y maltrecho en la calle de al lado, que con un banderín rojo se puso a cuidar los coches de los oficinistas de la cuadra. Los primeros días no le presté mayor atención, pero con el paso del tiempo me puse a observarlo con más detenimiento. Estaba bastante jodido el pobre, vestía casi harapos y realmente estaba sucio, pero descubrí que bajo esa porquería había algo realmente hermoso. Podía adivinar que tenía un muy buen cuerpo, delgado y muy fibroso, macizo y con mucho músculo. Tenía además una cara muy armónica, con unos ojitos achinaditos y unos labios bien carnosos, de esos que sólo piden besos. De inmediato me puse en guardia: lo empecé a saludar cada día hasta que empezó a reconocerme y comenzamos cruzar alguna charla fortuita, presté atención a sus rutinas y saqué a qué hora llegaba y hasta qué hora se quedaba en la calle, averigüé también que no vivía lejos y que no vivía solo, sino que era el mayor de un pequeño grupo de hermanos. Cuanto más lo veía, más ganas tenía de cogérmelo, era impresionante el sex appeal que emanaba de este pibe. Sólo con verlo de lejos ya me ponía a mil y sólo podía pensar en cómo iba a hacer para llevármelo a mi casa y hacerle de todo una y otra vez.
Y ese momento finalmente llegó gracias a mi vieja!!!Un buen día mi madre me deja en casa una bolsa llena de ropa que ya no se usaría más como para que yo la llevara a algún lugar de caridad o algo así. De inmediato bajé y le dije que tenía algunas cosas que le podrían servir a él o a sus hermanos que por qué no se iba hasta mi apartamento cuando terminara como para verlas y ya de paso lo invitaba a comer algo. Aceptó encantado y sinceramente muy agradecido, lo que me conmovió mucho. A eso de las 20:00 horas (en el invierno uruguayo a esa hora ya es noche cerrada) toca timbre y lo hago pasar. Se llama Esteban (yo aún no lo sabía!) y tiene 23 años, toda una mantequita. Le mostré la ropa y quedó muy contento ya que todo le serviría. Durante esos minutos fue bastante difícil para mí soportar el olor que emanaba de sus ropas y cuerpo, por lo que en un momento no pude más y le sugerí que se diera una buena ducha mientras yo preparaba algo de comer, y ya de paso le pondría la ropa que llevaba puesta en la máquina lavadora así la tendría limpia y seca la hora de partir.
Una tortura soportar el ruido del agua correr luego de acariciar su cuerpo todo enjabonado... hasta que al fin se cierran las canillas y luego de unos instantes aparece ante mí un macho impresionante, totalmente desnudo, sólo con una toalla en su cintura, con el pelo mojado y exhalando una sexualidad imponente que casi me desmaya. Ahí estaba, era como me lo había imaginado, todo músculos, con un poco de vello en el pecho y mucho en las piernas, con unos brazos fuertes y largos, con unos tatuajes mal hechos que lo hacían más hombre todavía y con un prominente bulto que le formaba una saliente en la toalla que era una locura, es verdaderamente un espectáculo pensé.
-Quédate así que está todo bien, vamos a estar solos, le dije.
La suerte de tener una buena calefacción (que además había puesto casi al máximo un rato antes). Aceptó sin problemas y se sentó en un banquito, no sin antes quitarse la toalla, poniéndosela sobre las piernas, tapándole lo que más deseaba conocerle y dando el toque de gracia a aquél hermoso cuadro. Comió con hambre, mucho, bebió vino abundante, como un verdadero hombre. Ya de sobremesa la confianza había avanzado y el alcohol había hecho su trabajo también.
-No sé como pagarte todo esto -me dijo, a lo que yo le respondí de inmediato
-Ya encontrarás la forma, con la cara más lasciva y provocadora que pude poner.
Simplemente se sonrió y me dijo: ¡Mira que eres pícaro!
Así se levantó y recogió los platos y se puso a lavarlos. En plena tarea le alcanzo el vaso con más vino y antes de agarrarlo se saca la toalla que lo envolvía para secarse las manos y el sudor de la frente, quedando totalmente en pelotas y develando así aquél misterio tan preciado: tenía una pija hermosa, oscura y larga, pendiente delante de unos huevos grandes y peludos, perfectos. Lo miré sin pudor y sin pensar en lo evidente de mi actitud, lo cual tomó con mucha naturalidad y sin dar más vueltas luego de beber siguió en su tarea, totalmente desnudo. Esto sí que era difícil de soportar, el macho más hermoso que jamás había pisado mi casa, totalmente en pelotas, un poco borracho, lavando los platos!!! Los dioses una vez más pusieron sus dones a mi favor al hacer que de golpe, en un mal movimiento, tirara su vaso de vino al suelo, el que si bien no se rompió sí desparramó todo el líquido en el suelo y en parte de su cuerpo, sobretodo en su cintura y en sus piernas. Tenía las manos con los guantes de goma y estaba bastante enjabonado, por lo que no atinó más que a darse vuelta y ver el desastre que había hecho.
De inmediato yo tomé la toalla que hasta hace un rato tenía puesta y comencé a secarle las piernas, suavemente, volviéndome loco, mientras él retomaba el lavado de la vajilla. Poco a poco fui subiendo, hasta que comencé a pasarle la toalla por el vientre y enseguida por sobre la pija y los huevos. Tanta suavidad y roce hicieron que poco a poco aquel gigante dormido se fuera despertando, hasta que se transformó en una verga dura, larga y gruesa, con una cabeza enorme que asomaba amenazante desde el prepucio, y que palpitaba suavemente, deseosa de acción. Con la misma suavidad con la que venía la tomé y me la llevé a la boca, ya en la más desquiciante de las locuras de deseo. Se la comencé a chupar con ganas, hasta lo que me entraba, haciendo jueguitos con la lengua, y acariciándole los huevos, haciéndole cosquillas. El muy hijo de puta siguió lavando los platos, tan suavemente como yo se la chupaba, salpicándome con agua de vez en cuando y sacándome la pija de la boca cuando la leche se le venía muy arriba. Tanto así que, un par de veces, casi se acaba y le salieron unas gotitas de semen que yo sorbí con desesperación, pasándole la lengua y pidiendo más.
En una de esas se dio vuelta dejando frente a mi cara su hermosísimo culo, redondo y duro como una roca. Yo no entendí bien al principio y lo único que atiné a hacer fue empezar a besarle las nalgas y a llevar mi lengua por el medio de su raja, lo más adentro que podía. Se tiró un poco hacia adelante y con las manos abrió su culo para dejarme el hermoso orto al descubierto. Me lancé a chupárselo como loco, le metí la lengua lo más adentro que me daban las fuerzas, se lo besaba, se lo chupaba, se lo comía como un animal. Fue increíble, empezó a gemir desesperado y a moverse buscando la mayor penetración de la lengua. Cuando ya no daba para más me agarró y me puso contra la pileta, de espaldas a él, y mientras con una mano me apretaba las tetillas con la otra me metía los dedos ensalivados en el culo, preparándome para lo que vendría. Sin más vueltas se escupió un par de veces en la verga y me empezó a puntear, con estocadas secas y poderosas de a poco se abrió espacio, hasta que no pudo más y me la ensartó hasta el fondo de una vez. Yo casi me muero del dolor y del placer. Pensé que me había desgarrado, pero no importaba, era uno de los momentos más placenteros de mi puta vida, todo aquello era un sueño.
Me cogió y me cogió, hasta que sus suspiros fueron creciendo y hasta que las estocadas eran como las de un animal. Al fin sentí como aquella tranca espectacular se henchía dentro de mi culo y empezaba a escupir toda la leche, mucha leche, que sentí calentita en mis adentros y que corrió por mis piernas ya que sacaba toda la verga afuera antes de volver a meterla cada vez. Me sentía la más puta de las putas, una sensación increíble. Él no me la sacó, quedó así, con la pija adentro, agarrándome de las tetillas, exhausto y sudoroso. Pasaron un par de minutos y de pronto se acercó a mi oído y comenzó a susurrarme cosas al oído como:
-Qué linda cola que tenías putita, como me la hiciste, eh?, te gustó que te diera toda la leche en el orto?, mira que puta eres, cómo te gusta la verga, te gusta mi pija, no?
Yo no entendía nada, pero de golpe comienzo a sentir que dentro de mí comienza a crecer nuevamente su palo, mientras más cosas me decía más dura se le iba poniendo y yo le empecé a responder, le decía que sí que era su puta, que él era mi macho y que me había partido el orto, que quería más de su pija y más de su leche, que me diera bomba, que me hiciera sentir una perra.
Eso lo enloqueció más todavía. Entre el sudor y la saliva de los chupones que me daba en el cuello y la espalda comenzó a bombearme nuevamente, primero suavemente, pero yo no lo quería suave, le empecé a pedir más y más, que me diera con fuerza, que me partiera al medio, que me hiciera sentir una puta de mierda y que él era mi macho, con esa verga enorme y con esa fuerza descomunal. Y así fue, me dio tanta bomba que pensé que iba a perder el conocimiento, me agarró de los pelos y me pegó un par de cachetadas en las nalgas, yo gritaba de placer y él bufaba cosas sucias, perversas, me odiaba y me amaba al mismo tiempo, me gozaba, me pedía más y yo le daba más y él me daba más, más besos con saliva, más caricias en las tetillas, más cachetadas en las nalgas y mucha más verga, más y más pija bien dura y grande. Hasta que al fin le empecé a rogar que me diera la leche, que me llenara de leche el orto, por favor.
Se puso más duro y más fuerte y al cabo de unos segundos el chorro de leche caliente llenaba mis entrañas, otra vez los suspiros, las palpitaciones y los estertores, la culminación del placer.
Luego las manos que se aflojan y empiezan a acariciar, las gotas de sudor que caen más suavemente, y la extraña sensación de haber estado en otra dimensión y de haber regresado, cansados, complacidos, exhaustos.
Nos tiramos en la cama y quedamos rendidos, nos miramos y nos sonreímos, con una complicidad única e irrepetible, con la felicidad de haber gozado verdaderamente.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

HOMBRES

KAMASUTRA: El Sapo

El pasivo de rodilla y apoyado firmemente en sus brazos se asegura de poner lo más atrás y arriba el culo de forma que quede lo más expuesto el orificio.
El activo se pone en cunclillas detrás de él intentando bajar todo lo posible para quedar perfectamente ajustado a la cadera de su compañero. Apoya los brazos en las piernas del pasivo e incluso las piernas al quedar a cada lado de la cadera puede usarlas para "ajustar" el balance.
El pasivo, por estar en posición similar a la fecal, los músculos en torno al ano tienden a distenderse más.
Aunque la penetración es menos profunda que con otras posturas, sirve para moverse rápidamente.
Esta posición requiere que el pene sea lo suficientemente largo ya que suele quedar una buena parte afuera. Pero se disfruta muchisimo.

martes, 16 de noviembre de 2010

lunes, 15 de noviembre de 2010

domingo, 14 de noviembre de 2010

sábado, 13 de noviembre de 2010

jueves, 11 de noviembre de 2010

HISTORIA: La Gran Nevada

Éramos un grupo de seis amiguetes, de entre 28 y 34 años, que nos gustaba hacer deporte, correr, ir al gimnasio, jugar al fútbol, todos con buenos cuerpos, y un poco salidorros.
Pues un día decidimos irnos de viaje a la montaña para hacer senderismo y a la noche pues salir por un pueblo cercano a buscar alguna chica guapa, o en mi caso aunque ellos no lo sabían un hombre de pueblo rico para follar.
Estuvimos por la mañana de montañismo y luego por la tarde jugando algo al fútbol. Al anochecer nos disponíamos a salir con el coche al pueblo más cercano, pero de repente vino una gran nevada. Al ver que no paraba decidimos quedarnos en la casa rural a la que habíamos ido. Sacamos un poco de bebida que habíamos llevado y jugamos a varios juegos para emborracharnos antes.
Luego ya empezamos las conversaciones mas subidas de tono, de cómo estaban las novias de cada uno, etc. Sobre todo hablábamos más de la novia de Luis, tenia unos 29 años y alto y fuerte, por cierto la chica de él estaba bastante buena.
Teníamos tele y pusimos unas películas porno que había llevado Juan, éste tenía unos 32 años de 1,80 de alto y unos 84 kilos, todo músculo. Ya estábamos todos algo borrachos y dos de ellos decidieron irse a la cama. Así que quedamos cuatro.
Al momento Pedro, el más mayor, de 34 años, para mi además el más guapo y el que más ligaba del grupo. Se sacó el rabo y empezó a pajearse con la película. Era un rabo grandioso unos 19 cm, gorda, bastante dura. El resto hicimos lo mismo.
Al momento Pedro dijo que estaba muy caliente, y que una paja no le haría bajar el calentón y ya que no habíamos podido salir por coños que uno de nosotros a suertes fuera la puta de los cuatro.
Por un momento nos miramos los otros tres extrañados, yo encantado jejeje, pero actúe como que no me gustara mucho. Pero los tres accedimos ya que estábamos bastante calientes y la mayoría no habíamos follado en tres días porque estuvimos de concentración con el equipo de fútbol.
Entonces Pedro dijo, bueno aquel que tenga la polla más pequeña será la puta por esta noche, y si mañana sigue la nevada, el siguiente.
Nos medimos la polla todos y Pedro como dije 19cm, Luis unos 23cm, Miguel 18 y yo por 17,5. Pedro me miró y dijo Jose Miguel te tocó ser la putita de hoy, así que empieza a comerme el rabo. Me agaché y empecé a comer ese manjar de polla, bastante dura, mientras le miraba los ojos y se le veía en otro mundo jadeando. Al momento noté como alguien me lamía el culo, era Luis, que placer como le comía. Mientras Luis me comía, el culo comía las pollas de Miguel y Pedro.
Miguel decía:
-Joder si llego a saber antes que la comías así te lo habría dicho antes, pareces una puta bien experimentada sigue tragando. Lo haces mejor que la puta de mi novia.
Me cogía la cabeza y me follaba la boca como un loco.
Después de diez minutos sentí un fuerte dolor. Era Luis con su rabo de 23 cm, me la metió de un golpe y yo chille de escozor, mientras el decía tranquilo que luego sentirás placer. Del chillido que solté se alarmaron los otros dos que estaban durmiendo y salieron.
-¡Que coño hacéis! - dijeron los dos
-Pues follar si no os apetece ya sabéis para la cama- dijo Pedro.
-Ellos dijeron que si que se apuntaban pero Pedro les paró y les dijo, vosotros no os habéis medido la polla y al ser los últimos tendréis que hacer de pasivos y poner el culo.
Uno de ellos accedió y el otro se fue a la cama, él dijo que no era marica y que nadie le iba a meter un rabo por su culo.
Asi que Pedro le puso a cuatro patas y empezó a follarle mientras Luis me daba con todas sus energías sin parar de llamarme puta, cerda, joder que culo tienes. Y Miguel me ponía su rabo en la boca.
Al rato Pedro, que por cierto era el que mandaba, por si no os habéis dado cuenta. Dijo que cambiáramos de culo que él quería follarme a mi. Entonces Miguel empezó a follarse al otro y yo a comer el rabo a Luis mientras Pedro de un golpe me metió todo su rabo.
Puff que macho como follaba no paraba, Luis se venía y se corrió en mi boca, pero Pedro seguía, ya llevábamos más de media hora sin parar cuando me cogió en brazos y me tumbó boca arriba en la mesa de la cocina. Seguía follándome sin parar hasta que ya después de otro buen rato, noté como su polla se endurecía más y se corrió dentro.
Ángel que es el chico que se fue a la cama, salió y vino hacia la cocina, le dijo a Pedro que el follaría igual. A lo que Pedro le señaló ahí tienes ese culo ya te le he dejado bien abierto para ti.
Yo ya no podía más pero estaba encantado, así que Ángel sacó su polla que pufff medía unos 20 cm gorda, unos huevos grandes. Pero en diez minutos se corrió. Y dijo:
-No te preocupes puta, este es el primero ahora te ira el segundo y tercero.
En seguida se le puso dura y fui compartido por Luis, Pedro y Ángel ya que los otros dos no podían más.
Recibí en esa noche más de cuatro polvos de cada uno.
La verdad que el mejor de todos era Ángel, muy potente y bastante machorro. Después de esa noche quedé con Pedro que descubrí que le iba mucho los tíos y con Ángel mi dios.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

martes, 9 de noviembre de 2010

MARCANDO PAQUETE

KAMASUTRA: El Grillo

El grillo es una de las posiciones experimentales de otras posturas.
El pasivo tumbado de medio lado flexiona la pierna que quede del lado superior y el activo lo penetra desde atrás pero introduciendo el pene no horizontalmente en la abertura anal sino vertical.
Esto produce una sensación de roce distinta la la clasica introducción del pene.
El activo domina el ritmo y la intensidad de la fricción y su compañero puede relajarse mejor por estar tumbado.
El activo también puede poner su pierna superior sobre la del pasivo para darse más estabilidad en el ritmo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

MARCANDO PAQUETE

HISTORIA: El Alumno

Habían pasado más de dos años que yo no daba clases en esa escuela, por razones económicas me había ido a trabajar a una más alejada. El último curso que tuve allí fue un quinto año mixto, allí conocí a Luciano. Él tenía 18 años y realmente era hermoso. Tenía un aire árabe que me enloquecía cada vez que lo miraba, medía cerca de un metro ochenta y tenía un cuerpo trabajado que hacía imposible no mirarlo. Mientras fue mi alumno sólo teníamos un trato formal.
Al final de ese año me marché del colegio y no lo volví a ver hasta tres años después. Estaba yo en el tren rumbo a la universidad donde trabajo actualmente y se me acerca un chico precioso: Hola, profe. Era Luciano. No lo podía creer, estaba mejor que antes. 
Empezamos a hablar y me comentó que estaba estudiando matemáticas en la universidad donde yo trabajaba, así que compartimos todo el viaje y arreglamos para volver juntos.
Las horas de trabajo ese día se me hicieron eternas, cuando por fin me iba, en la estación estaba Luciano esperándome. Llegó el tren y nos sentamos juntos y empezamos a platicar. Pregunté sobre sus estudios, sus ex compañeros, y por fin, sobre sus novias. Me comentó que hacía unos días que estaba distanciado de su chica, porque había descubierto que ella le había sido infiel. Yo pensaba cómo alguien podía traicionar a semejante bombón. Llegamos por fin a la estación donde debíamos bajarnos y le ofrecí venir a cenar a mi casa. Aceptó encantado.
Llegamos a mi casa y mientras yo preparaba la cena él miraba televisión sentado en la cocina. La cena fue tranquila, hablamos mucho de todo, hasta que en el café, le comenté que había comenzado a escribir un libro sobre mi vida, basándome principalmente en todas las experiencias sexuales que había tenido. Él se sonrió y me dijo que no sabía que yo tenía una vida sexual tan activa, a lo que yo me reí y le dije que estaba equivocado, ya que por lo general mi vida sexual fue como pasivo.
Él se quedó mudo, congelado. Entonces le confesé que era gay, y que realmente tuve muy buenas experiencias. Luciano se aflojó un poco y me empezó a preguntar cosas sobre mi vida, ya estábamos en confianza. Le confesé que, también escribo relatos eróticos, y se rió muchísimo, entonces le ofrecí pasar a mi habitación, donde estaba la PC, para que leyera alguno si así lo deseaba. Aceptó de buen grado.
Inmediatamente fuimos a la habitación y ya en la computadora se puso a leer, uno de mis relatos. Mientras leía una sonrisa se dibujaba en su hermosa cara, y un bulto impresionante en su pantalón. Yo, sentado a su lado, le hice notar que se estaba excitando. Él se miró, y tocándose la verga sobre la tela del pantalón me dijo: la verdad... profe... es que escribís como para calentar a cualquiera. Esa insinuación fue lo que estaba esperando para hacerlo mío. Sin decirle nada, mientras él seguía leyendo, le bajé la cremallera y metí mi mano dentro de su pantalón. ¡No tenía ropa interior!
Eso me calentó muchísimo, saqué su verga y la observé unos instantes, era bellísima, bien gorda y venosa, y de unos 18 centímetros de largo. De un color cacao que era de admirar, y un glande que por la circuncisión estaba al aire y algo mojado. Me arrodillé a su lado, y mientras él continuaba leyendo, me fui introduciendo esa pija en la boca, tratando de tragarla toda.
Quedé a su entera disposición, luego de unos minutos, me dio vuelta y me separó las nalgas con sus manos y me metió la lengua de tal forma que creí que acababa ahí mismo. Era impresionante la chupada de orto que me estaba dando. Jugaba con su lengua en mi interior.
Cambié de posición y su pija quedó al alcance de mi boca nuevamente. Le pedí que se saque la remera, y casi me muero al ver ese abdomen trabajado por la gimnasia y las pesas. Le chupé todo: tetillas, cuellos, pecho, ombligo, y por supuesto, los huevos y la pija, que estaba durísima. La lengua de él seguí taladrándome y llenándome de saliva el culo, pero algo nuevo estaba pasando, ahora Luciano estaba metiéndome los dedos. La sensación era maravillosa.
Cuando me sentí totalmente dilatado, lo empujé dejándolo boca arriba y me monté sobre él. Poco a poco me fui ensartando en su mástil, era tan grueso que me costaba mucho, pero el dolor que sentía no sería nada comparado con el placer que esa pija me proporcionaría luego.
Finalmente, empujé y entró todo lo que faltaba de golpe, lo peor ya había pasado, ahora venía mi premio. Empecé a moverme suavemente, mientras veía como el chico se entregaba al placer entrecerrando los ojos. Sus manos me tomaron de la cintura y ayudaban a mi cabalgata. Así estuve subiendo y bajando por esa pija como diez minutos.
Sin sacarme de él, Luciano me giró dejándome en “perrito” y me empezó a coger con fuerza. La metía toda hasta el fondo, se movía en círculos (eso me alucina) y la sacaba para volver a meterla una vez más. Sus fuertes manos me tomaban de la cintura y presionaban hacia él. Sin decirme nada noté como se vaciaba dentro de mí. Lo dejé, la sensación de su derrame en mi interior era fantástica. Su pija aún seguía dura, entonces él siguió bombeando hasta que se corrió nuevamente.
Luego la sacó, y se tiró exhausto a mi lado. Yo empecé a masturbarme, pero él me dijo que no lo hiciera, que él no era tan egoísta como para dejar que me masturbe, y me empezó a chupar la pija, no lo hacía muy bien, se notaba su falta total de experiencia, pero con algunos consejos de mi parte, fue haciéndolo cada vez mejor, hasta que finalmente me vine en su boca. Luego lo besé, sellando con ese beso el momento de placer que mi "alumnito" me había brindado.

sábado, 6 de noviembre de 2010

viernes, 5 de noviembre de 2010